miércoles, 24 de octubre de 2012

Oda al penúltimo día de trabajo



Aprovechando que el capitán sigue de vacaciones
Y no tengo nada que hacer
Me dedico  rascarme a gusto los cojones
Que ya trabajé mucho ayer.

Para matar el aburrimiento
Y viendo que tengo el día inspirado
Me he puesto a rimar sin sentimiento
Pero cumpliendo el objetivo fijado.

Tengo internet en la oficina, menos mal,
Y el capitán no me tiene en Facebook como amigo
Así que salto de red en red social
Y si comento una foto, no se enfadará conmigo.

Como estoy de guardia haré la maleta mañana
Y como ahora tengo WhatsAp que ya soy moderno
Les contaré a mis colegas lo que haré al llegar a España
Ahora que por fin se acerca el invierno.

Va pasando despacio esta farsa de jornada laboral,
Y mientras sueño con mi esperado periodo vacacional
Me viene a la cabeza una iluminación mental:
                             Pienso, ¡coño!, esto debe ser el día a día de la Familia Real.

sábado, 20 de octubre de 2012

Un millón de planes



Una semana. Eso queda para irme a casa de una vez. Unha carreiriña dun can comparado con las casi nueve meses que llevo fuera, si no contamos el miniviaje de Julio de sólo seis días. Demasiado. Nunca máis.

Estos últimos días han sido de los de más trabajo de la temporada. Con el capitán de vacaciones y una inspección el viernes, no he parado. Pero ya está. Inspección pasada con felicitación incluida y sólo cuatro días más de trabajo. Estoy nervioso. Ansioso. Insoportable.

Cuando no estoy trabajando alterno momentos de ensimismamiento pensando en los tres millones y medio de planes que quiero hacer al llegar y momentos de hacer el baile del mono de Kaito. En realidad, de hacer el mono en general. Ando tan contento que si me diagnosticasen un tumor le diría al doctor que fuese calentando una sartén con un poco de aceite y ajo y que fuese cortando pan, porque me lo merendaría una vez me lo extirpase.

Y es que hay tantas cosas que quiero hacer que no sé si me llegarán los días. Desde el esperado acontecimiento del Verduguing hasta ir a recoger setas. Desde fabricar un par de hormigueros caseros hasta ir a ver Cazafantasmas al cine. ¿Qué os parece un derbi gallego para empezar?

Pero no nos adelantemos. Antes espero disfrutar de los últimos días de verano en Chipre con Andrea, que debido a una nueva huelga en Grecia se va a quedar un par de días extras. De momento ya hemos pasado el aniversario de boda juntos, que no es poco. Y mañana veremos como el Celta da la  machada en Madrid.

Así que nada chavales, a despejar la agenda. En nada vuelvo.

Tengo un millón de planes.

Y os necesito.

jueves, 11 de octubre de 2012

Uno de esos días



Llegué al barco y tenía un millón de cosas que hacer. Pero la verdad es que prefiero eso a la inactividad. Hace que la jornada pase más rápido. Justo antes de ir a desayunar el capitán me da un papel con los detalles de mi vuelo a Vigo. Miro el papel. Miro el calendario. En ese momento ni dándome  una patada en los cojones me borrarían la sonrisa.

Bajo a desayunar. No soy el único que ha recibido un papel como ese así que el buen humor reina a bordo. Alguien tira un plato al suelo y todos aplaudimos la torpeza. Me clavo un trozo de dicho plato en el pie cuando ayudo a recoger. El día anterior me hice un buen corte con una bandeja para el horno rota. Si la Asociación de Vajilla Rebelde y Afilada (AVRA) se cree que podrá conmigo la tiene clara. Hoy no.

Vuelta al trabajo. Toca corregir cartas náuticas. Como la música ya lleva sonando un rato en mi cabeza decido que la escuche más gente y subo al puente el mp3 y los altavoces. Corrijo boyas, luces y profundidades lo mismo a ritmo de Sabina que de Shakira. De los Rollings o de Bustamante. Descubro que Lavezzi es el nombre de unas islas además del de un buen delantero. Algo nuevo aprendido. Aunque el día se torciese del todo a partir de ese momento al menos me quedaría eso.

Y el día sí que intenta torcerse. Al menos meteorológicamente hablando. Aun así a las cuatro en punto salgo del trabajo como Pedro Picapiedra. ¿Cómo no voy a salir así de contento si en casa me espera mi mujer que le pega cien vueltas a la estrecha de Wilma? Cuando llego la beso y la abrazo. El cielo está ya completamente nublado y amenaza con llover, pero al mal tiempo chapuzón en la piscina.

Volvemos a casa y, aprovechando que el wifi también tiene un buen día, a  Andrea se le ocurre que veamos, al fin, un video que dice que es muy bueno sobre el optimismo. (http://www.youtube.com/watch?v=zK4sB_rWhF8, bueno no, mejor). Así que lo hacemos. Dale dos litros de café y azúcar a un niño hiperactivo. Dale cerillas a un pirómano. Así acabé yo después de ver el video.

Uno ya tenía la sospecha sobre algunas cosas, pero que un tío que sabe del tema te las confirme, algunas, palabra por palabra, sube la moral a la estratosfera.

Cuando terminamos de verlo cayó una tormenta increíble. Un espectáculo de rayos y lluvia. Y después ese olor como a piscina, a lluvia de verano, lo inundó todo. Salimos después del chaparrón a cenar una parrillada típica chipriota. Aquí son todos unos malakas, pero joder si le tienen el punto a al kebab.

Volvimos a casa para seguir con nuestro ciclo de pelis de Indiana Jones de esta semana. Y luego a dormir. Pensando en que hay días que deberían durar 26 horas.

No veo ninguna razón para que mañana no sea igual mejor.


Ya me aseguraré de ello.

sábado, 6 de octubre de 2012

Vacaciones en Chipre 3.0



De nuevo en Chipre. Y con Andrea, lo que cambia mucho las cosas. Jornada de trabajo continua hasta las cuatro y después el resto de la tarde, que aquí no es que dure mucho debido a las horas de luz, libre.

La isla tiene bastantes cosas que ver, pero no tantas. Como ya hemos visitado los lugares más interesantes ahora nos hemos puesto en modo relax total. El tener una piscina a menos de cien metros y la playa a doscientos, ayuda a mantener esta actitud.

Aquí aun es temporada alta. La temperatura así lo afirma al igual que el ambientillo en todos los locales del paseo marítimo. Intentamos camuflarnos entre los guiris, pero, aunque mi apariencia ayuda, el no llevar sandalias con calcetines ni moreno rojo escaldado nos delata. Por otro lado, a Andrea el cien por cien de los camareros y dependientes le hablan de entrada en griego, lo que confirma mi teoría del parecido con la protagonista de cierta película. Teoría muy poco popular en su momento.

Como conocemos mucho mejor la ciudad, podemos disfrutarla mejor y más barata. En el apartamento tenemos televisión española pero no la ponemos mucho para no romper el espíritu alegre de estas falsas aunque muy agradables vacaciones.

En unas tres semanas estaré haciendo las maletas.

Entonces sí que serán vacaciones de verdad.