Un trabajo.
Eso es lo que me van a traer Sus Majestades este año. Ayer me lo confirmaron y
ahora toca planificar una serie de cosas. Nuevo barco. Tan nuevo que no estará
terminado hasta dentro de unos cuantos meses. Y nuevo destino inicial: Holanda.
El lugar
concreto es una pequeña ciudad llamada Oss “conocida” principalmente por su astillero y por haber
sido el lugar de nacimiento del grandísimo delantero Ruud van Nistelrooy.
Como siempre
me voy sin saber muchos detalles. Esta vez ni siquiera estoy seguro del nombre
del barco. Suena algo así como al material que cubre los huesos de Lobezno,
pero ya veremos. Sólo sé que si todo va según lo previsto el 5 de Enero estaré
allí. Y que dormiré en un bungaló.
Y cómo
siempre me invaden sensaciones de todo tipo. Ilusión, por unirme a un proyecto nuevo
desde el principio y por volver a trabajar y a sentirme productivo. Tristeza,
por las personas y el lugar que dejo atrás. Alivio, porque los números de la
cuenta del banco empezaban a tener un tono anaranjado. Y algo de nervios,
porque no tengo ni idea de lo que me voy a encontrar.
Semana de
compras. Seica en Holanda vai frío en Enero y yo estoy acostumbrado al
suavísimo invierno chipriota. Va a ser un cambio importante, pero también me
dará la oportunidad de conocer una parte del mundo que sólo conozco de refilón.
Quién sabe, hasta puede que vuelva a escribir.